Tuesday 28 June 2011

Reencuentros.

Desde hace mucho tiempo he dicho que podría escribir mi biografía con el uso exclusivo de canciones de Joaquín Sabina. Al principio incluso a mí me parecía algo exagerado, pero a medida que pasan los años más me doy cuenta de lo certera que es esa apreciación. Pues bien, hoy me toca describir lo que me ha pasado con estos versos:

"En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver."

"Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí."



Si vosotros, sufridos y selectos lectores de mi blog habéis sido felices con alguien en el pasado, habéis llegado a alcanzar una confianza difícil de explicar con esa persona y recordáis con cariño esos momentos; por favor no tratéis de reencontraros con esa persona. Mejor dicho y para ser justos y honestos; hacedlo pero llevad bien puesto el casco porque chocaréis de frente y a toda velocidad con el muro de las decepciones que tantas veces se nos cruzará en el camino en el resto de nuestros días. Cuando miréis a los ojos a aquella persona, a esos ojos en los que antes podías leer os daréis cuenta de que estáis ante una desconocida. 
La vida es fácil de llevar cuando todo va a mejor, cuando se sigue el sentido que todos hemos asumido como general y que nos dice que sólo deberíamos ir hacia adelante. El problema surge cuando uno se da cuenta de que en algo se ya involucionado. Ese es el trance que se vive cuando uno se da cuanta que la confianza y la química inexplicable y casi sobrenatural que existió en el pasado no solo es que se haya retrotraído, sino que ha desaparecido por completo. 
La cuestión de fondo que uno se plantea en ese momento es si merece la pena querer tener un contacto con el pasado cuando el pasado pasado está y lo único que va a traer consigo son las continuas decepciones que conlleva el comprobar la distancias son tan insalvables como invisibles sus causas. Y la respuesta a pesar de los pesares y sabiendo que la decepción es el escenario futuro más probable es que sí, que merece la pena. Porque si tuviese que resumir mi opinión sobre el mundo en general diría que aunque no creo en el ser humano creo, y mucho, en las personas. 


Otro día cuento algo gracioso, que hoy me ha quedado esto muy serio.  

Monday 30 May 2011

Nunca podrás salir con alguien más guapo que tú.

Creo que hablo por todos los que algún día diseñamos un blog cuando digo que al idearlo todos tuvimos en mente un tema superinteresante sobre el que escribir una entrada que haría historia en los anales (nunca me gustó esta palabra) del mundo de Internet. La mayoría decide publicar esas ideas al principio, frescas y recién sacadas del hirviente horno de ideas que es en esos momentos  nuestro cerebro.
Pues bien, yo decidí guardarme ese tema para cuando mi cerebro dejase de funcionar y mis grifo de ideas se cerrase....ese momento ha llegado. Lo malo es que cuando concebí el artículo tenía un montón de frases ingeniosas que, por supuesto, nunca escribí en ningún lado, con lo que no creo que esta entrada vaya a hacer historia. 
El otro día vi en uno de los innumerables vídeos que veo en Internet algo bueno. Lo que llamó poderosamente mi atención, puesto que ver cosas buenas en Internet es cada día más difícil. El tema es que al final de aquel  cortometraje de cuyo nombre no logro acordarme se afirmaba algo que todos hemos asumido desde nuestra más tierna adolescencia: "Nunca podrás salir con alguien más guapo que tú". 
Qué gran verdad, me dije yo en un principio. Revisé mis recuerdos en los brazos de las distintas mujeres que han pasado por mi vida (cosa que tampoco es que me llevase mucho tiempo) y conseguí recordar cómo cuando nos mirábamos al espejo parecíamos cosas parecidas. Como dijo el Dr House un 7 está hecho para estar con un 7, puede estar con un 6 o un 8 pero nunca con un 3. 
Pero mi reciente incorporación a las listas de desempleo me han dado la oportunidad de aburrirme solemnemente durante horas y horas y poder reflexionar en profundidad sobre el tema. Tras estas reflexiones he llegado a dos conclusiones principales: la primera es que ya va siendo hora de que empiece a buscarme preocupaciones propias de un adulto responsable y la segunda es que la frase que todos hemos tomado como un principio universal innegable es, de hecho, falsa. 
Para argumentar mi afirmación no voy a decir que tengo un amigo feo...o tirando a feo que tiene gran éxito entre las chicas que están buenas (aunque lo tengo) sino que me voy a basar en hechos que todos vosotros estoy seguro que habéis experimentado. 
Lo primero es pedir a todos mis lectores masculinos (creo que también funciona con las féminas) que echéis la vista atrás. Imaginad un péndulo delante vuestro, relajaos con su sonido y retrotraeros a unos días antes de empezar con alguna de vuestras ex...vale cualquier mujer que haya pasado por vuestros brazos o cama un tiempo. Fijaos en ese cuerpo, esa cara, esa sonrisa. recordad lo que os hacían las tripas al verla, o la entrepierna, o las tripas y la entrepierna. Eso era mágico amigos. ¿Alguno de vosotros, pobres infelices me vais a decir que creíais que esa chica era de vuestro nivel? A todos nos parecía que esa chica era la única chica que había en el mundo, algo alcanzable solo para otros más guapos que uno y con lo que solo podíamos soñar. 
Bien, si todos hemos sentido eso antes de estar con las muchachas que por nuestras vidas han pasado ¿por qué admitimos que la afirmación inicial es una verdad universal? Pues para dar esta respuesta amigos míos debemos volver al péndulo y avanzar un poco en el tiempo a cuando ya estáis con la muchacha en cuestión. Ese es el momento en el que uno empieza a darse cuenta de que hay más mujeres en el mundo que la que uno tiene entre sus brazos. Y esas muchachas resulta que tiene las piernas más largas que las de la nuestra, y los senos más bonitos, y los rasgos de la cara más estilizadas. Definitivamente las otras chicas sonríen más que la nuestra, bailan más y mejor que la nuestra y son definitivamente más divertidas de lo que la nuestra jamás fue. No quiero decir que todas las mujeres que veamos en esta fase sean mejores. Seguramente ninguna lo sea, pero en aspectos puntuales son claramente superiores. Y solo con eso es suficiente para darnos cuenta de que la perfección que percibimos en su día no existía. Le miras a la cara y te das cuenta de que sus ojos no son tan claros como creías, sus piernas son mas cortas, más largas, más gruesas o finas de lo que tú recordabas y su genio para nada tan agradable como antes de estar contigo. Lo cual no hace que la dejes de querer, sino todo lo contrario, la quieres más que antes, porque aceptas sus defectos...pero un día la miras al espejo y te das cuenta de que ambos estáis al mismo nivel. Ella no es una chica despampanante por la que todos te iban a envidiar. Ella es una chica más que te gusta más de lo normal por un millón de cosas que cuesta más explicar que un minuto antes de darle el primer beso. Es en esta percepción en la que sustentamos la validez irrefutable de la frase a la que nos referimos, pero si seguimos la historia hasta si final nos damos cuenta de que esa percepción puede cambiar, porque pueden pasar varias cosas: 
- Enhorabuena, es la mujer de tu vida y estaréis juntos hasta el fin de vuestros días. A pesar de esto la tendencia que he descrito anteriormente no dejará de aumentar. No solo por los efectos propios de nuestra mente, sino por el propio paso del tiempo. Cada día habrá mujeres más apetecibles en todos los sentidos que tu mujer. Puede que asumas lo puro de tu amor, lo incondicional o, lo más seguro, te pasarás los últimos 45 o 50 años de tu vida preguntándote si en realidad la quieres o te conformaste con ella porque pensaste en su día que las demás eran inalcanzables para ti. Pero tranquilo, seguramente estés enamorado.
- La relación se acaba por h o por b. Entonces empezaréis a experimentar lo que es otra verdad universal: A ningún hombre le hace ni puñetera gracia que otro hombre se tire (perdón por la expresión) a la mujer que uno se ha tirado. Unos lo llaman ser posesivo, otros ser celoso, otros egoísta, otros machista...pero eso es instinto. Muchas veces lo tratamos de ocultar sacando nuestro lado racional de que todo el mundo tiene derecho a seguir su vida, de que no pudo ser en su día y todos tenemos que ser felices bla bla bla, pero lo único real es que dentro de nosotros un hombre de las cavernas quiere matar al tipo que se la zumba y agarrar a la muchacha por los pelos para llevarla de vuelta a casa, aunque no la vayamos a tocar nunca más. 
Este sentimiento se irá apoderando de nosotros poco a poco e invertirá los efectos que la relación tuvo en una escala que depende de cómo se desarrollen los acontecimientos:
1º Pronta reconciliación-. Es un hecho que las muchachas están buenísimas el primer día que las vemos y sabemos que no son nuestra pareja. No sé si lo hacen aposta o no, pero simplemente es así. Muchos se dan cuenta de lo que han dejado e intentan solventar las cosas para retomar la relación. En ese caso volverás a experimentar las mismas fases en un bucle enfermizo e infinito en el que muchas personas malgastan toda su vida saliendo, dejándolo volviendo, dejándolo, retomándolo, etc etc etc. 
2º Nos hay reconciliación y la chica pasa de ti: No hay cosa que más joda que eso (bueno, sí la hay). Ni nada que haga que la muchacha parezca más irresistible. Por alguna extraña razón da igual si te dejan o dejas, parece que no somos capaces de cambiar el chip. Creemos que ellas deben seguir dándonos una importancia especial y el hecho de que no lo hagan nos hace preguntarnos el por qué, nos obsesionamos, somos incapaces de fijarnos en otra chicas porque la que era nuestra no nos está mirando y....¿qué pasa cuando no somos capaces de mirar a ninguna chica excepto a una? Que volvemos al punto de partida. En esos casos uno se da cuenta de que había una poderosa razón por la que ella pasaba de nosotros, y es que quería pasar de nosotros y no tenía ninguna intención de volver a ningún tipo de relación. Pasará más de nosotros si es que es posible, nos obsesionará más, nos humillaremos más con lo que ella pasará a la fase de cogernos asco....con lo que acabaremos recordándola como aquel monumento de mujer que dejamos escapar.
3º Te enteras de que está con otro:  La primera reacción al enterarnos de la noticia si nos la comunica algún amigo o incluso ella es decir "ah, qué bien ¿no?" y sonreír. Lo que realmente sentimos es un intenso dolor muscular en la cara por forzar una sonrisa que nos parece eterna y unas incontrolables ganas de maldecir a todos los dioses del Olimpo. Comenzamos a recordar lo suave que era su piel, lo turgentes que eran sus pechos, el extraordinario olor de su melena en nuestra almohada por la noche. Seguimos por arrepentirnos de cada segundo que dejamos de hacer algo que podría haberla mantenido a nuestro lado, aquel beso que no dimos, aquel día que no la invitamos a cenar, ese en el que mirando el teléfono no le llamamos para pedir o dar una segunda oportunidad. Pero tras esta fase viene la peor de todas, esa en la que nos damos cuenta de que alguien está entrando por la puerta que esa chica nos tenía reservada a nosotros. Nuestra mente entonces comienza a bombardearnos con imágenes de hombres atléticos, perfectos y con penes mastodónticos que poseen a nuestras mujeres (porque las mujeres que han estado en nuestra cama serán siempre nuestras mujeres) dándolas un placer inaudito, llevándolas al orgasmo una vez tras otras como un mago del sexo. Y entonces, solo entonces nos damos cuenta de que nos hemos acostado con la mujer perfecta, que ninguna otra de belleza comparable se dignará a darnos un miserable beso. 
Pensará el lector que no puede haber nada peor que eso...pues lo hay. 
4º Te enteras de que está con otro y además ella te dice que está enamorada de él: Ese hijo de puta no solo tiene un pene gigantesco, erecciones eternas y un don para provocar orgasmos masivos a nuestra chica sino que además escucha secretos que yo no he escuchado, es besado con un amor con el que nunca se me besó y es abrazado con una delicadeza que yo desconozco. El sujeto que todos conoceremos como "El Usurpador" es en nuestra mente un muchacho comprensivo, con excelente gusto para el vestir (según los cánones de nuestras mujeres) que no solo le lleva a cenar a los mejores restaurantes de la ciudad, sino que él mismo cocina como nadie en la cocina de su loft, donde después del postre goza una y otra vez del cuerpo que una vez fue nuestro cuerpo hasta que amanece. Entonces, y solo entonces nos daremos cuenta de que la muchacha no solo era perfecta para el resto dela humanidad, la mejor de todas las mujeres que en el mundo ha habido, sino que era la mujer de nuestra vida y ahora está con otro hombre con el que no podemos competir. 

Como veréis, y a modo de conclusión, lo que varía no es la belleza real de la mujer en cuestión sino nuestra percepción de ella. Es por ello que cuando no estamos juntos la sensación es muy a menudo de que la relación no tenía futuro porque ella era mucho mejor que nosotros. A no ser que estemos con una muchacha ya, lo que depende de la fase de la relación nos puede llevar a pensar que el destino no tenía reservada a la novia nueva en lugar de la antigua. Pero, como habréis comprobado se trata de una percepción, puesto que no solo se extiende a nuestra muchacha sino a "El Usurpador". Y todos sabemos que las percepciones percepciones son, porque nadie tiene un cuerpo más atlético que el nuestro, ni entiende mejor a las mujeres que nosotros, ni es mejor en la cama ni, por supuesto tiene un pene más grande que el nuestro....¿verdad?


Thursday 14 April 2011

El Cartel de los sapos.

Mi intención no es hacer de este blog algo especializado en nada en concreto porque yo no soy especialista y blogs de esos hay a patadas y mucho mejores que los que yo jamás podrá hacer (echad un vistazo al final de la página que os he puesto algunos que a mí me gustan). Pero hoy voy a hacer una excepción y os voy a recomendar una serie de televisión. Lo hago porque merece la pena, porque de verdad creo que os puede gustar.
Damas y caballeros, les presento "El cartel de los sapos"


Mis compatriotas españoles tienen la manía de despreciar todo aquello que nos suene a sudamericano, porque ese seseo, esas palabras que nos suenan distintas, lejos de llamarnos la atención nos parecen necesariamente malas y no intentamos ni tan siquiera dar una oportunidad al producto. Como defensa de mis paisanos debo decir que mucha de esa culpa la tienen esas cristales, topacios y damas de rosa que nos hemos tragado religiosamente en la amada Piel de toro.
Pero, amigos míos, esto no es Topacio. Aquí no tenemos amores absurdos, desmedidas pasiones, embarazos  sorpresa, hijos desconocidos y otras sandeces. Aquí lo que hay es un festival de traición, chantaje, avaricia, chivatos, perseguidos y perseguidores. En esta serie las mentiras no se pagan con la ruptura de una pareja o una familia mal avenida sino con la pérdida de la vida de un tiro, o con una muerte por ahogamiento, o consumido en cal viva.
Si uno quiere engancharse con una serie esta es la serie que tiene que ver. La historia, aunque a veces pueda costar creerlo, es una historia real. Arranca en la Colombia de los últimos momentos de Pablo Escobar, visto desde el punto de vista de los emergentes carteles del Norte y Cali. En realidad toda la historia será narrada por "Fresita", personaje que en la ficción interpreta a quien en la vida real es Antonio Lopez alias "Florecita". Este señor fue un importantísimo narcotraficante de aquel momento que, en un momento determinado decidió salir de aquel mundo y que escribió en la carcel la homónima novela que inspiró la serie con lapiz y papel de contrabando que tenía que esconder por la celda.
Desde estos puntos de vista se nos narra la historia interna del narcotráfico en esos años hasta el final de la guerra de ambos carteles. 
La emisión del serial ha resultado muy polémica en Colombia puesto que interpretan que podría ser una apología del narcoterrorismo. Sin embargo simplemente es un a narración de hechos que ocurrieron y que se pueden comprobar fácilmente con una pequeña búsqueda en internet. tanto es así que no se hace ningún miramiento y allí sale salpicado de mierda desde el ejército a los políticos pasando por Diego Armando Maradona (sí, he dicho Diego Armando Maradona). Ante tales implicaciones no es de extrañar que, a pesar de la evidencia de la realidad de lo hechos y los personajes se avise de lo ficticio de la historia antes de cada capítulo. 
Por otro lado, nos encontramos con una verdadera superproducción. Solo os citaré algunos números para que os hagáis una idea: 
- Más de 200 personas para rodar la cabecera. 
- Localizaciones en Bogotá, Cali, Medellín, Pereira, Armenia, Buenaventura, México D.F., Cancún, Chihuahua, Laredo, Miami y Nueva York.  
-A lo largo de las dos temporadas vemos a más de 40 personajes entre principales y secundarios (ninguno prescindible). 
-Ganadora de los premios India Catalina en las categorías de Mejor serie, Mejor actriz, Mejor actor, Mejor libreto original y Mejor director.
- Todos los actores han convivido en mayor o menor medida con el mundo del narcotráfico (requisito puesto por la productora).  

Mención especial merecen los actores de esta delicia. 
Muchos conoceréis a Manolo Cardona por el final de Sin tetas no hay paraíso (versión española). En esta serie está sencillamente espectacular, creíble en todo momento, con una fuerza narrativa que yo no he visto jamás y un trabajo del personaje sencillamente envidiable. 

Menos conocido pero no por ello peor es Diego Cadavid, quien en la segunda temporada lleva el peso narrativo de la serie con una maestría y un talento cómico tan sencillo como extraordinario. No os quiero desvelar mucho, pero tan solo deciros que prestéis atención a las diferentes actividades que está haciendo cada vez que aparece en pantalla en la segunda temporada.
Pero señores míos, el  rey indiscutible de esta maravilla es Robinson Diaz. Una vez un actor me comentó que el reto es interpretar a Hitler fielmente y hacerte ver que es bueno. Pues bien, "El Cabo" es un hijo de puta de los que afortunadamente hay pocos, pero dan ganas de llevárselo a casa o sacarlo por ahí de cañas. Este actor es capaz de pasar de un registro cómico a dramático con una facilidad pasmosa sin sacrificar un ápice de credibilidad. Me cuesta recordar en una serie de televisión o película un malo tan bueno como este. Estaría entre los cinco mejores de la Historia sin ninguna duda.

El resto de actores son también impecables. Hay represnetación norteamericana, mexicana, venezolana, por supuesto colombiana y una agente de la DEA (Paulina Galvez)  que creo que es española por su acento y que, mentando a Sabina de nuevo, creo que no era la más guapa del mundo pero era más guapa que cualquiera. 

Para finalizar, recordaros de nuevo que veáis la serie porque es buena y porque mejoraréis vuestro español sabiendo quienes son "las gonorreas", "pecuecas" o "pirobos" a los que hay que "dar plomo" para "coronar la vuelta". Si esperáis ver una serie de mafiosos sofisticados, bien vestidos y bien hablados, olvidaros. Aquí los grandes capos son cojos, van en chandal, son incultos y ven revistas porno o el futbol. ¿Y por qué tan cutres?  Por que así son los mafiosos papá.

Os dejo un trailer o "abrebocas", como dicen los parceros colombianos, para que os acabéis de convencer. 

Monday 11 April 2011

Felicidad

Uno se pasa todo el invierno deseando que salga un poco el Sol para disfrutar un poco de la calle y no desperdiciar el día entero en el quitavidas disfrazado de red social llamado Facebook. Pues bien, Lorenzo se decide a asomar, la emoción surge, te decides a salir al parque a dar un simple paseo y...puta alergia.
Una vez leí en un libro de autoayuda que la felicidad es el proceso por el cual uno alcanza la capacidad de ser mejor persona. Lo que entiendo de esta definición es que hay que conformarse con el proceso de tratar de ser feliz porque la felicidad no existe. No tengo muy claro que el significado sea ese, pero de lo que sí estoy seguro es de que nadie es nunca feliz, con lo que la búsqueda debería servir para conformarnos.
Como diría Sabina, "perdón por la tristeza". Tratad de recordar el ultimo momento en que fuisteis felices. No me refiero a "estar feliz"en el sentido esporádico del término. Me refiero a largos periodos de la vida en los que habéis sentido un especial gozo del simple hecho de vivir. A un periodo en el que no habéis sentido el agobio, la inseguridad o la insatisfacción por razones más o menos importantes. No existe a no ser que la distancia temporal nos haya nublado tanto el recuerdo que nos haga pensar lo contrario. Pero los niños son francamente infelices por no tener un año más o por perderse su serie de televisión o por no ser los mejores jugando al fútbol, por mucho que nos empeñemos de adultos en querer olvidarlo convenciéndonos a nosotros mismos de que la infancia fue la felicidad absoluta.
No voy a ponerme profundo en esto. Mi infelicidad ahora mismo se reduce básicamente a que mi alergia no me deja disfrutar de la primavera, no me deja salir a correr al parque para ponerme un poco en forma y que cuando me quiera yo dar cuenta de que la polinización ha acabado tendré el frío encima...etc, etc.
Tampoco es mi intención quitaros el derecho de ser infelices con argumentos trillados y vacíos como los de apreciar las pequeñas cosas de la vida o agradecer a Dios que no pasamos hambre como los niños de África. La capacidad de empatizar es un gen recesivo en nuestro ADN, suponiendo (y es mucho suponer) que algún día existiese.
El principal motivo de escribir esto es que me hacía bastante infeliz llevar varios días sin haber publicado absolutamente nada en el blog. La astenia primaveral no perdona y mucho menos si uno es alérgico y tiene que preocuparse de respirar decentemente o de que los mocos no se le enreden en las barbas. Las ideas no llegan en semejante contexto. Y tratando y tratando de buscar una idea interesante para escribir me dí cuenta de que simplemente no la había. He agarrado el ordenador y me he puesto a escribir lo que se me venía en la cabeza para terminar una entrada que, sin ser lo mejor que he escrito aquí (prometo escribir con mucho esfuerzo algo peor que esto) me ha quitado una infelicidad de encima.
Una menos.

Friday 1 April 2011

Monas vestidas de seda.

Una de las cosas que he aprendido con el paso de los años es que el famoso refrán que reza que aunque la mona  vista de seda mona se queda es una de las mayores estafas de la Historia. El motivo que me lleva a escribir sobre esto hoy es que me he enterado de que una pareja de jóvenes españoles han decidido reivindicar un modo de vida más lento para el mundo metiéndose en la cama por nada más y nada menos que cuarenta días con sus cuarenta noches. 
¡Tócate los cojones! A nadie le gusta trabajar y eso es un hecho. Si el trabajo gustase no se llamaría trabajo y, desde luego, no costaría trabajo hacerlo. Doy por supuesto que a la mayoría de los que en el mundo han sido les ha gustado siempre más quedarse en la cama que salir y ponerse a hacer algo productivo. De hecho a cualquiera que le digáis que estáis planeando estar durante un periodo de cuarenta días encamados le parecerá (con toda la razón del mundo) que sois unos vagos. Pero es en este momento en el que el proceso de vestirse de seda hace que la mona parezca Megan Fox. 
Todo vale si le dais un halo de intelectualidad al hecho. Mientras que yo escribo este blog sacando tiempo todavía no tengo muy claro de dónde entre el trabajo, el transporte de un lado a otro, las gestiones con la administración, cocinar mi comida, limpiar la casa, etc, esta gente ha dedicado el día (y cito textualmente) "al pensamiento, a la mente y al pensar slow". Esto demuestra dos cosas. Primero que estos no parecen dominar el castellano puesto que no saben escribir la palabra "despacio". Lo segundo y más importante es que tienen la cara durísima.
Estos amiguetes tienen un blog en el que relatan detalladamente como no están moviendo un pelo, reciben la visita de actores e intelectuales (me gusta diferenciar ambos términos), la llamada de radios y televisiones, la publicidad de los medios (la mía también ahora que me doy cuenta) y mantienen una página web para que veas cómo se tocan los huevos a dos manos. Eso sí, la cámara es tapada por la noche para, como dicen ellos, tener un poco de intimidad, que en palabras llanas significa que lo hacen para que la gente no les vea echar sus casquetes por las noches  y que la "web reivindicativa" no se convierta en el desahogo de pajilleros de todo el mundo en busca de sexo gratuito por Internet. Tan solo espero que con tanto apoyar  hacer todo a paso de tortuga tengan también slow sex. Porque si no me vería profundamente decepcionado por la incongruencia de estos representantes de los desocupados del mundo. Todo esto, por supuesto patrocinado por los colchones Flex (no es broma). Esta marca quiero suponer que, además de pagar un pastizal a estos dos muchachos por tan arduo trabajo, promueva el mismo nivel de relajación entre su plantilla. 
Como de todo en esta vida hay que sacar una moraleja, pues tratad de aplicaros en cuento. Pensad la gilipollez más gorda que se os ocurra y vendedla bien. A nadie le gustan los borrachos, pero si organizáis un botellón contra el hambre en Somalia (prometo que yo lo he presenciado) seréis halagados por un buen puñado de gente. Si os da un apretón en mitad de la calle y alguien se queja de que estáis cagando en de un paso de peatones decid que pertenecéis un movimiento artístico que se caracteriza por la creación de pequeñas esculturas orgánicas de origen humano que simbolizan todo lo que el hombre puede devolver a la Madre Tierra (si utilizáis el término Gea o Gaia quedará mucho más intelectual y creíble)  y lo mismo vuestra mierda acaba expuesta en una galería. 
Para esta clase de gilipolleces no faltan mecenas, patrocinadores y pseudointelectuales e "intelectualas" y ¿quién sabe? puede que hasta podáis sacar dinero de ello. Por que si es para hacer dinero lo último que debéis hacer es trabajar y/o escribir un blog. 
No voy a poner la dirección de la página web de estos listos para no promocionarlos más de lo que ya lo he hecho. Si queréis encontrar algo acerca de ellos buscadlo en Google.
Eso sí, buscad slowly.

Wednesday 30 March 2011

No me llamas.

Existen ciertas cosas con las que uno no puede lidiar. Un sexismo vestido de falsa cortesía que, para más inri se nos es vendido como machismo. Me explico. Nuestras muy amadas mujeres tienen la curiosa habilidad de manipular las costumbres para hacerlas ofensivas o de obligado cumplimiento según el palo que pinte en ese momento. De tal manera que el chico puede haber llegado todo lo cansado que sea del trabajo, estar enfermo...o lo cualquier, pero nada le evita al pobre muchacho acompañar a la chica a casa, al autobús, estación de metro o cualquier otro lugar más lejano a la puerta de la casa de él.
Lo mismo pasa a la hora de quedar para ir a cenar, pagar la susodicha cena o pasar frío en invierno porque a las señorita no se le ha ocurrido ponerse un abrigo y antes de asumir su culpa es mucho más cómodo pedírselo al novio, amigo, acompañante o inquilino de su cama por esa noche.
Esas mismas muchachas que demandan semejantes atenciones son las que luego no admiten ningún tipo de diferencia por razones de sexo, pues consideran que es machista y extremadamente denigrante para ellas.
Como no quiero meterme en camisas de once varas voy a desviar el tema, aunque no del todo. La cuestión es la de siempre. Al principio de las relaciones (entendiendo como relaciones todo contacto entre un hombre y una mujer sea o no sexual) admitimos una serie de roles que, sin que uno sepa muy bien por qué, no tienen discusión alguna. En mi caso, amigos míos mi error fue el de hacerme "responsable" de mantener el contacto telefónico en los ajetreados días de la semana que van desde el lunes al viernes. Pues bien, esto significa que si yo no llamo la muchacha no se digna a coger el teléfono para hacerlo ella.
No os penséis que esto me produce ningún tipo de daño emocional. Uno ya está muy mayor para esas cosas. Muy al contrario lo que me produce es cabreo. Cabreo de saber que el próximo día que la vea cara a cara de una forma u otra se quejará de que no la he llamado. Cabreo porque será completamente inútil tratar de explicar que la capacidad de agarrar el teléfono y marcar un número es exactamente igual para ambos. Y, sobre todo, muy cabreado porque sí que la he llamado sin obtener ninguna respuesta, y tras ver mis llamadas perdidas no ha sido capaz de llamarme. Y ¿por qué? Porque llamar es mi responsabilidad en el contrato, tan imaginario como de obligado cumplimiento, que no sé muy bien cuándo he firmado. Y que dice en el apartado nosequé barra nosecuantos que es un servidor quien tiene que llamar.
Me he planteado escribiros una serie de consejos para que esto no pase, pero no tiene sentido porque, amigos míos, esto siempre va a pasar. Hagáis lo que hagáis, intentéis lo que intentéis siempre os va a demandar una serie de cosas de forma tan sutil que lo aceptaréis sin saber muy bien cómo hasta que os deis cuenta de que lo habéis aceptado en contra de vuestra voluntad. Lo que sí que puedo hacer es recomendaros algo para ser más felices cuando el citado incumplimiento de contrato os sea recordado con cualquiera del millón y pico de diferentes caras de reproche que las mujeres pueden tener.  En ese momento, coged aire, mirarla fíjamenet a los ojos y gritad: VETE A LA MIEEEEEEERRRRRDAAAAAAAAAAAAAAA!
Esto no servirá de mucho a largo plazo a no ser que la muchacha se vaya de verdad a la mierda pero pensaréis, como decían los amigos de Muchachada: "Joder qué a gusto me he quedao"